psicólogo para el Tratamiento
de la ANSIEDAD
en Zaragoza y online
La ansiedad es una de las consultas más frecuentes en psicología clínica y, al mismo tiempo, una de las que más impacto tiene en la vida diaria. Aunque sentir ansiedad en determinadas circunstancias es completamente normal —por ejemplo, antes de un examen, una entrevista o una situación nueva—, cuando este estado de alerta se vuelve constante, intenso o desproporcionado, puede convertirse en un trastorno que limita seriamente el bienestar.
Muchas personas describen la ansiedad como una sensación de “vivir en tensión permanente”, con el cuerpo en guardia, la mente saturada de preocupaciones y la sensación de que es imposible desconectar. La buena noticia es que la ansiedad tiene tratamiento, y que con el apoyo psicológico adecuado se puede recuperar la calma y la seguridad en uno mismo.
Síntomas frecuentes de la ansiedad
La ansiedad puede manifestarse de distintas maneras, combinando síntomas físicos, emocionales, cognitivos y conductuales. Reconocerlos es el primer paso para entender que lo que ocurre no es “debilidad” ni “manía”, sino una reacción psicológica real que merece atención.
Síntomas físicos: palpitaciones, sensación de falta de aire, sudoración excesiva, mareos, tensión muscular, dolores de cabeza o problemas digestivos. Por ejemplo: sentir que “falta el aire” antes de entrar en una reunión de trabajo.
Síntomas cognitivos: pensamientos repetitivos e incontrolables, miedo a perder el control, anticipación de catástrofes (“seguro que algo va a salir mal”). Por ejemplo: pasar la noche en vela pensando en todo lo que puede ir mal al día siguiente.
Síntomas emocionales: nerviosismo, irritabilidad, sensación de amenaza constante, dificultad para disfrutar de actividades cotidianas. Por ejemplo: no poder relajarse en una cena con amigos porque la mente sigue en alerta.
Síntomas conductuales: evitar situaciones por miedo a sentir ansiedad, aislamiento, abandono de actividades. Por ejemplo: dejar de usar el transporte público por temor a tener un ataque de pánico.
Cuando estos síntomas se prolongan en el tiempo y empiezan a condicionar la vida, es recomendable buscar ayuda psicológica profesional.
Tipos de ansiedad más comunes
La ansiedad puede presentarse de formas diferentes. Entre los cuadros más habituales se encuentran:
Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG): preocupación constante y excesiva sobre diferentes aspectos de la vida (trabajo, salud, familia). La persona siente que no puede “desconectar” de la preocupación.
Trastorno de pánico: episodios repentinos e intensos de miedo acompañados de síntomas físicos como palpitaciones, mareos, temblores o sensación de desmayo. Muchas personas temen que sea un infarto o que “van a morir”.
Agorafobia: miedo a encontrarse en lugares donde escapar pueda resultar difícil, como centros comerciales, transporte público o espacios muy concurridos. Esto puede llevar a limitar mucho la vida diaria.
Ansiedad social: miedo intenso a ser juzgado o evaluado por los demás. Ejemplo: evitar reuniones, clases, conferencias o incluso interacciones cotidianas por temor a hacer el ridículo.
Fobias específicas: miedo desproporcionado a objetos o situaciones concretas (volar, acudir al dentista, animales, etc.). Aunque la persona reconoce que el miedo es irracional, le resulta imposible controlarlo.
Causas y factores que influyen en la ansiedad
La ansiedad no tiene una única causa. Generalmente es el resultado de la interacción de distintos factores:
Biológicos: predisposición genética a estados de mayor activación, desregulaciones en los niveles de neurotransmisores y diferencias en el carácter pueden favorecer el desarrollo de estados de ansiedad.
Psicológicos: estilos de pensamiento rígidos o perfeccionistas, tendencia a la preocupación excesiva, miedos y angustias constantes pueden derivar en una ansiedad persistente y duradera.
Ambientales: experiencias vitales estresantes, traumas, presión laboral o académica, problemas familiares o dificultades económicas pueden precipitar problemas de ansiedad.
Lo importante no es solo entender qué ha originado la ansiedad, sino aprender a manejar lo que la mantiene en el presente.
Tratamiento de la ansiedad con terapia cognitivo-conductual (TCC)
La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es el enfoque con mayor evidencia científica para el tratamiento de la ansiedad. Se centra en trabajar tanto los pensamientos como las conductas que alimentan el malestar.
En consulta, aprenderás a:
Identificar y cuestionar los pensamientos negativos o catastrofistas que disparan la ansiedad.
Entrenar técnicas de regulación emocional y respiración para manejar los síntomas físicos.
Afrontar de manera gradual las situaciones temidas, reduciendo la evitación y recuperando la seguridad.
Desarrollar estrategias prácticas de afrontamiento para prevenir recaídas y mantener los logros a largo plazo.
Un enfoque integrador y personalizado
Aunque la TCC es la base del tratamiento, cada persona vive la ansiedad de manera diferente. Por eso, el proceso terapéutico se adapta a ti. En algunos casos se incorporan técnicas de mindfulness, estrategias de aceptación y compromiso, o herramientas para mejorar la gestión del estrés. El objetivo no es solo reducir síntomas, sino ayudarte a comprenderte mejor y a construir un estilo de vida más equilibrado.
Consecuencias de no tratar la ansiedad
Cuando no se aborda, la ansiedad puede intensificarse y afectar a diferentes áreas de la vida: problemas de sueño, dificultades en el trabajo, conflictos en las relaciones personales e incluso problemas de salud física. A largo plazo, puede derivar en cuadros depresivos o en un aislamiento progresivo.
Tratar la ansiedad a tiempo es clave para evitar que se cronifique y recuperar cuanto antes el bienestar.
Preguntas frecuentes sobre la ansiedad
¿La ansiedad se cura?
La ansiedad no se cura porque no es una enfermedad, pero sin duda puede mejorar de manera significativa con tratamiento psicológico. Muchas personas logran recuperar una vida tranquila y plena.
¿Cuánto dura la terapia?
Depende de cada caso, pero con un trabajo constante es posible observar mejoras en las primeras semanas. El proceso completo puede variar de unos meses a un año, según la intensidad y la duración de la ansiedad.
¿Necesitaré medicación?
En muchos casos, el tratamiento psicológico es suficiente. Solo en casos más graves puede ser necesario combinarlo con medicación, siempre bajo la supervisión de un médico o psiquiatra.
Recuperar la calma es posible
La ansiedad no tiene por qué seguir marcando tu vida. Con apoyo profesional puedes aprender a manejar tus síntomas, recuperar tu seguridad y volver a disfrutar de tu día a día. Si buscas un psicólogo especialista en el tratamiento de la ansiedad, dar el primer paso hacia la terapia puede convertirse en la decisión que cambie tu bienestar presente y futuro.